Lectors

sábado, 14 de junio de 2014

MARTIRIO FUTBOLERO


¿Qué hacer si el talento de uno es jugar a fútbol? Forrarse, por supuesto. Y estar dispuesto a que te filmen cada minuto de cada partido, a que saquen tus gestos a cámara lenta en todas las cadenas, a que los aficionados te imiten, a hacer el gorila después de marcar un gol ante la grada preferida, que se convertirá en la más animal de todas en cuanto el futbolista se acerque, se quite la camiseta, tense su tableta de chocolate y manifieste su incondicionalidad con los colores de su equipo, al menos hasta que llegue otra oferta más suculenta.

Y martirizar a quien no quiera soportar semejante mierda, obligándole a soportarlo durante muchos meses al año.

Confieso que este año me puede lo que ya es una falta de respeto descarada. El 90% del contenido oficial de la prensa está actualmente centrado en dos temas: la monarquía y la puta roja de los cojones. Ver un gorila tras otro celebrando un gol, sea ibérico o no, me saca de mis casillas: ver a los aficionados haciendo el imbécil en la acera, con pelucas de colores, camisetas y gorros de arlequín, dejando entrever que el punto álgido de sus vidas estará siempre ligado a un atuendo como éste, a ver “evolucionar” a sus ídolos en el campo… Confieso que me exaspera.  No sé qué hacer con un material así: tampoco quiero que me relacionen ni siquiera como especie con ese nivel intelectual.

Lo meten en cualquier telediario. En el tren, un joven de veintipocos, a las diez de la mañana, entre Castelldefels y Gavà, iba “vestido” con una camiseta oficial de la selección, y en la muñeca llevaba una pulsera con la bandera de ejpaña: haciendo gala de sus habilidades y de sus conocimientos vitales, había escrito "EJPAÑA” encima, con rotulador negro, supongo que a título informativo, para que nadie sospechase que era casualidad lo de los colores de la pulsera. O puede que fuera presa de un acceso de fervor patriótico por supuesto irreflexivo (Qué hace uno consigo mismo después de escribir la última letra?). Tanta explicación gráfica de sus reflexiones me dejó anonadado.

¿Cuántos debe haber como él? Y la pregunta clave, ¿si pierden de una puta vez, pararán de dar la brasa? ¿dejarán unos cuantos de manifestarse como eccehomos cuya razón de vivir es la puta roja?

Hay quien dice que la democracia es la dictadura de las mayorías. Y tiene razón: pero también es cierto que la interpretación política de esas mayorías no es democracia. Parece que no eres un buen ejpañol si no apoyas a la puta roja. Pues no soy un buen ejpañol, desde luego: o bien me doy cuenta de la utilización política del asunto, como si estuviéramos en un régimen fascista como en la Argentina del 78.

Cuanto antes pierdan, mejor. No podré dejar de enterarme de cómo van, porque no habrá manera humana de que no me llegue la información. Repito, cuanto antes pierdan, mejor.

Quizá así se vean menos imbéciles por la calle, al menos manifestando sin pudor alguno ante el resto del mundo su cualidad innata, su virtuosismo particular, su enorme talento; cantar aporellosoé y saltar con la cara pintada delante de una cámara cualquiera.



No hay comentarios:

Publicar un comentario