Lectors

viernes, 26 de septiembre de 2014

División del Trabajo

He leído hace poco el enésimo artículo de un sommelier sobre las guías, los gurús, los pontificados, las filias, las fobias, las opiniones, los gustos personales, las preferencias y la “cultura del vino”.


Bueno, nada de esto es nuevo. Pero creo que la crítica debe ejercerse desde una posición argumental intachable: y por tanto, si uno se gana la vida vendiendo su consejo a empresas que venden vino, no dispone de esa posición para criticar a quien emite su opinión mientras trabaja sin la presión de una empresa que venda vino. Básicamente, porque ese criterio no estará nunca bajo sospecha de compra-venta constante. No tengo nada en contra de que se haga, pero es evidente que trabajar para Lidl como sommelier, por ejemplo, no es la mejor tarjeta de presentación para obtener esa posición; la calidad de los vinos que vende esa cadena suele ser de derribo, además de tratarse de marcas blancas que preparan grandes empresas a precios inasumibles si no se extorsiona a todo el mundo que pasa por el circuito, desde la viña hasta el enólogo.


El respeto que nos reclama el Sr. Figueras por los productores podría empezar, por ejemplo, por no colaborar con las herramientas de extorsión que el mercado tiene siempre preparadas para los productores agrarios; es obvio que alguien ha cobrado demasiado poco por su trabajo si una botella de Priorat (con DOQ) se vende a menos de 4€. Repito que me parece muy bien que se trabaje para quien sea, siempre y cuando luego las argumentaciones sean coherentes, siempre que no pretendan ver la paja en el ojo ajeno obviando lo que se tiene en el propio.


Escribir, mientras se trabaja para una tienda que además distribuye, para juzgar la imparcialidad de otros, me parece no solamente ridículo, sino también incoherente. Pero sobre todo está esa afirmación sobre los críticos: que si debíamos tener más respeto por el trabajo ajeno; que si al autor le gustaría vernos con una azada o en vendimia; que si una guia de vino no deja de ser un listado con las puntuaciones o anotaciones subjetivas de una persona o un grupo de personas; que si últimamente las guías se han convertido en amos del mercado…


Por supuesto, nosotros aceptamos todas las críticas del mundo y no nos importa que los profesionales, muchas veces habiendo catado el 10% de vinos catalanes que nosotros, pongan su opinión sistemáticamente, siempre, al mismo nivel que la nuestra. Pero nos gustaría que no hicieran las críticas a bulto, contra tooodas las guías y críticos a la vez, ya que existen diferentes métodos y planteamientos para “puntuar con cierto criterio”. Meter a todos en el mismo saco no sólo es simplista, sino también capcioso; y destila cierta animadversión tan evidente como injustificada.


En todo caso, está claro que, tal como dijimos en la última edición de La Guia, nosotros siempre hemos creído en la santísima división del trabajo. No me acercaré a la mesa de un restaurante a recomendar una u otra botella, nunca: y por tanto, reivindico mi derecho a que se respete mi parte del trabajo que hay que hacer en el mundo del vino y que en Catalunya se ejerce muy poco o incluso nada; que es la crítica. La misma razón por la cual llevo el coche al mecánico cuando se estropea, vaya: porque cada uno sabe cómo hacer su trabajo.



Por eso yo no trabajo para Lidl ni para Moritz, ni para ninguna empresa que venda vino, porque debo mantener una imparcialidad a la que otros no están obligados. Ocurre, sin embargo, que esa libertad genera ciertas incoherencias a la hora de opinar sobre otros. No se puede tener todo…

domingo, 21 de septiembre de 2014

RECOMPTE FINAL

Ara sí. Les xifres de l’altre post eren encara aproximades.

Ara us podem dir que no han estat 1530, sinó 1552 vins els que els cellers ens han presentat a la Guia 2015. Récord de participació. Agraïts als 346 celler enguany han confiat en nosaltres.

- DO Alella: 51 Vins, dels quals 2 al Top (3,92%)
- DO Catalunya: 54 Vins, dels quals 2 al Top (3,70%)
- DO Cava: 316 Vins, dels quals 43 al Top (13,60%)
- DO Conca de Barberà: 63 Vins, dels quals 9 al Top (14,28%)
- DO Costers del Segre: 62 Vins, dels quals 5 al Top (8,06%)
- DO Empordà:  195 Vins, dels quals 30 al Top (15,38%)
- DO Montsant: 151 Vins, dels quals 31 al Top (20,53%)
- DO Penedès: 276 Vins, dels quals 24 al Top (8,69%)
- DO Pla de Bages: 23 Vins, dels quals 4 al Top (17,39%)
- DOQ Priorat: 162 Vins, dels quals 45 al Top (27,77%)
- DO Tarragona: 34 Vins, sense representació al Top.
- DO Terra Alta: 125 Vins, dels quals 14 al Top (11,20%)
- Vins de Pagès: 7 Vins, sense representació al Top.
- Vins sense DO: 33 Vins, dels quals 3 al Top (9,09%)

Aquests són els números finals que em deixen dir. Evidentment no us diria el guanyador, ni la nota més alta, ni el millor en una categoria ni en una altra, perquè això és un secret molt ben guardat fins el dia del TopViCavaCat. Enguany hi haurà nou premis sobre 1552 vins, és a dir un percentatge que no vull ni calcular per no posar masses zeros:

- Millor Vi  LGVC2015
- Millor Vi  Negre LGVC2015
- Millor Vi Blanc LGVC2015
- Millor Vi Rosat LGVC2015
- Millor Vi Dolç LGVC2015
- Millor Vi Espumós LGVC2015
- Premi Territori. LGVC2015
- Premi Futur LGVC2015
- Premi Trajectòria LGVC2015


Aviat es farà públic el lloc i el dia de la festa. Recordeu que no és oberta al públic, i que per poder venir s’haurà de demanar via mail la invitació corresponent.

Gràcies a tots pel vostre interès.



sábado, 20 de septiembre de 2014

Abstracción

Encerrado entre el trabajo y otras cosas,  hacía tiempo que no me fijaba en mi alrededor al subirme al tren. Siempre abducido por una conversación que tiende a repetirse, inevitablemente, en buena parte de sus contenidos, o en el mail, o en alguna lectura que abordo más por querer aislarme que por interés, me doy cuenta de que he aparcado mi costumbre, fea costumbre, de observar a los demás viajeros, retratarles mentalmente, imaginar una sola de las posibilidades de un minuto cualquiera del resto de su vida. He aparcado momentáneamente el hábito de escribir corto y conciso, para ocuparme de argumentaciones cansinas, de esas que de antemano se sabe que acaban en silencios tan fríos como explícitos.

Agradezco de corazón a la chica que se sienta en el banco final del vagón. No he reparado en ella hasta que recoge su abundante pelo enmarañado en un moño que endurece su expresión. Pómulos, frente y quijada aparecen con toda su fuerza, angulosos, formando aristas casi cubistas que dibujan un rostro bastante vulgar. Rebusca en su bolso y saca un pañuelo manchado de toda clase de tizne multicolor, lo pone sobre sus muslos y vuelve a meter la mano en el bolso. Cuando se incorpora lleva un estuche de colorete, un perfilador de labios, sombras al menos de tres colores, lápices de ojos, y alguna cosa más que no conozco. Comienza con el espejo. Con la brocha del colorete. Con un repertorio de muecas inenarrable. Se tortura el párpado inferior de un ojo, luego el de otro, para pintarse una raya mientras un vaivén y otro del tren hacen que se le desvíe el pulso, milagrosamente, hacía el lado bueno. Busca en el bolso unas toallitas. Con el espejo en mano y esforzándose en permanecer inmóvil, consigue borrar el error con precisión. Lleva ya diez minutos de muecas y aspavientos. Pero va a trabajar, hay alguna clase de imperativo categórico que le impide ir más sencillita.

Ahora el rimmel. El trapo sobre sus muslos ha adquirido un tono algo más pardo si cabe, pero ahora lo adorna secando el exceso de pasta negra acumulado al final del cepillo. Pone la boca en forma de O y mira al vacío, al infinito, atravesándonos a todos, absorta por la imagen que espera ver en el espejito mágico al terminar su obra de arte. Su chapa y pintura.

Aún no ha terminado cuando me apeo, lleva más de media hora. Imagino por un momento, y estoy seguro al bajar de que es así, que esto lo hace cada mañana. Al menos las laborables.

La teoría se confirma. Éste no es mi tren habitual: y a su alrededor nadie se ha inmutado. Quizá ni siquiera es eso. Quizá nadie repara en nada, todos enfrascados en sus pantallas.

martes, 16 de septiembre de 2014

Periodisme i vi

El món del vi, a Catalunya, acostuma a revisar els conceptes. Canvia els continguts, les definicions, la deontologia, els estris, els decàlegs. Ho pica tot i ho remena a conveniència. Terroir en català vol dir una altra cosa que no té res a veure amb la varietat, per alguns: la varietat és un accident entre el cel i la terra que és això, accidental. Fins no fa gaire, algunes DOs s'han fet servir per beneir el que els cellers volien fer, i no per allò que el públic entén del concepte: és a dir, que l'empara d'un producte significa només que prové d’un lloc concret, sense que tingui res a veure la història del lloc, o de les varietats o de les matèries primeres tradicionals amb les que s"elabora.


Ara que qüestionem el concepte de periodisme enològic, surt a la llum la redefinició del terme segons els seus usuaris. Esdevé un concepte particular, del qual excel.leixen frases inoblidables:


- “Es tracta de compartir felicitat”.
- “Parlar bé dels altres és molt gratificant”.
- “Lloar les iniciatives o les persones que ho fan bé amb un bloc és un exercici de responsabilitat que no té res a veure amb l’ensabonar-se”.
- “Tot el que sigui comunicar és positiu”.
-

En Ricard Sampere m’ha fet saber pel FB l'existència d'aquest article i m’ho he mirat per curiositat, ho he hagut de llegir dues vegades per saber si anava de debò o no. I sembla que sí, perquè el Sr. Francàs aprofita per disparar contra aquest blog; així acostuma a cobrir la part crítica del seu discurs, atès que als cellers se’n guarda prou de fer-ho. 


Tot plegat, deu ser que jo entenc el periodisme no com una tutela del lector, sinó com informació, tota la possible, tota la disponible, i redactada amb la imparcialitat més gran possible. Deu ser que tinc respecte pel lector, pel consumidor, i per tant no penso que se li hagi de dir només el que és bo; sembla que per a la “professió”, al cap i a la fi, és com un analfabet sensorial que no cal que s’esmerci en jutjar per ell mateix. Treballar amb uns criteris que no vulguin tutelar ningú, sinó que compleixin amb un codi de conducta evident i universal d’una professió, no té res a veure amb compartir felicitat, ni amb la gratificació de parlar bé dels altres, ni amb conformar-se tot dient que “tot el que sigui comunicar és positiu”. De fet, en aquesta frase hi ha implícit el reconeixement d’una mancança important, com si faltés una part de la informació i l’autor, el senyor Francàs, en fos plenament conscient.


Analitzant una mica més aquesta frase, hi ha un altre punt interessant: es dedueix que el món del vi no té gaires oportunitats de comunicar com cal. És comprensible: és l’únic sector del qual cada vegada que arriba una cosa als medis té un color entre groc i rosa, sempre el mateix. Les oportunitats, evidentment, es van reduint cada cop més als medis que de debò valen la pena.


Si vostès, Sra. Troyano i Sr. Francàs, són periodistes abans que blocaires, què fan parlant només d’allò que és comercialment convenient? Si abans que qualsevol altra cosa fan de periodustes, com és que cada "notícia" que publiquen fa pudoreta d'anunci publicitari? Però si li donem la volta a la. primera pregunta també funciona: si en anar ensabonant a tort i dret exerceixen de blocaires, que fan dient que abans que blocaires són periodistes? El periodisme, però, pot tenir colors, com deia abans: darrerament grogueja massa, i en el món del vi fa molt de temps que té aquest color.




Molts blocaires, en no demanar res a canvi d’un article faldiller, estan malbaratant la feina de tota una munió de professionals que podrien guanyar-se la vida amb això: de fet, si jo fos bodeguer, també pensaria “per què he de pagar per un reportatge si a canvi d’una ampolla i un pa amb tomàquet ja hi ha algú que me’l fa?” I els periodistes, en sotmetre la seva opinió a les taques publicitàries a les seves publicacions, fan que tot aquest sector faci riure pel que fa al rigor i a la credibilitat de gairebé tot el que produeix. Amb aquest estigma a sobre, tots sortim perjudicats i tenim dret a queixa, evidentment.


Jo no faig periodisme, però sí crítica lliure i sense cap mena de límit. Perquè està demostrat que serveix per millorar, per fer pensar, per canviar moltes coses que un ni sospita que passaran quan emet la opinió. No fer crítica ni crònica d’allò que no agrada és ocultar una part de la realitat al consumidor: perquè es tria conscientment  la opinió positiva, mentre l’altra part és igualment legítima. I si no es publica, la feina és parcial i esbiaixada, perquè no és creïble que el món sigui només de color de rosa. 


No fer crítica ni crònica d’allò que no agrada és negar arbitràriament al consumidor una part de la informació que, com a periodista, s’està obligat a treure a la llum. És passar-se per l’arc de triomf tots els drets a la informació del consumidor; i en el vi és el mateix, perquè no pel vici de redefinir tot el que els arriba a la mà canvia la realitat de les coses. 


No fa miracles repetir les mitges veritats amb les quals s’alimenta el món del vi a Catalunya: els fets són igualment tossuts i s’aixequen de seguida un altre cop.



sábado, 13 de septiembre de 2014

FINAL

Tenim la sensació de que això s’està fent molt gran per tan poc personal. Amb això no vull dir que es necessiti tota la cort de professionals del vi de Catalunya per tastar a cegues, com algú afirma en veu baixa, en to de confidència per tal que s’escampi la idea de que no és possible que només tres persones tastin tants vins sense saber què és el que tasten.


Bé, la resposta és fàcil. Ho deia no fa gaire un amic meu; si tu vols fer dreceres en el recorregut d’una marató no faràs 42 quilòmetres, però t’enganyaràs tu mateix, al cap i a la fi. Tastar a cegues és molt més una qüestió de mètode, de voluntat. I per tant, s’ha de tenir una mica de rigor per fer-ho. És molt més un compromís personal que un imperatiu forçat; i si hi ha qui pensa que li han de servir el vi per que el pugui tastar a cegues, llavors és que no està realment preparat per fer feina de debò.

De fet, acabem d’acabar la setena Guia de Vins de Catalunya. 1528 vins de totes les DO, Vins de Taula i Vins de Pagès. 50 d’Alella, 51 de Catalunya, 307 de la DO Cava, 62 de la Conca de Barberà, 62 de Costers del Segre, 186 de l’Empordà, 152 del Montsant, 268 del Penedès, 30 del Pla de Bages, 163 del Priorat, 34 de Tarragona, 123 de Terra Alta, 7 Vins de Pagès i 32 Vins de Taula.

Els hem tastat tots: tots la mateixa ampolla, alhora i al mateix lloc, de manera que no teníem tampoc pistes sobre la do a la qual pertanyia cada vi. I és que si fas tastos a cegues a les seus de les DO, no són tastos a cegues. Nosaltres no ens hem mogut de l'Escola Universitària de Turisme i Direcció Hotelera de la UAB, i per tant cada vi ha mantingut tot el misteri. Evidentment els hem tastat a cegues, en sessions de 35 vins, que enguany hem fet més lents per fer el procés d’introducció de dades tot just puntuar el grup de vins tastats.

Amb això reduïm el número d’errades i simplifiquem les posteriors correccions. Tenim la sensació de que és un any catàrtic, diferent als altres: hi haurà molts canvis d’aquesta edició a la següent, i a hores d’ara és impossible esbrinar en quina situació ens trobarem tots plegats de cara al mes de febrer, que és quan llancem la convocatòria a tots els cellers per la nova edició de La Guia.

Potser cou, potser no agrada a alguns veure que seguim sortint al carrer. Però seguim tastant (a cegues, tot i ser "tres que tasten d’amagat") i publicant, ocupant l’espai que nosaltres mateixos hem creat i que ens correspon. També sabem que hi ha força més gent a qui agrada que surti La Guia; és per ells que treballem, i també per que el sector tingui eines d’anàlisi per millorar i centrar el seu discurs i oferta en el que és característic del territori català.

Mentre la resta de la vessant pública del vi català es dediqui a veure la vida de color de rosa; mentre no siguin conscients del ridícul espantós que fan col·lectivament com a sector, insultant la intel·ligència del consumidor tot dient-li només com estan de bons els vins que els aconsellen; mentre no diguin ni un borrall de què hi ha que no els sembli bé, el menyspreu del sector cap el consumidor serà sempre evident i no es vendrà ni una sola ampolla més de les que es venen.

La Guia sortirà a primers de desembre. Com a mínim allà sí que trobareu esperit crític i voluntat de construir alguna cosa. I també sabreu què és el que no val la pena comprar enguany, tot allò que sempre està inclòs en aquella nebulosa que des de fa trenta anys diu que "tots els vins catalans són bons, compra el que vulguis", però que no compleix amb la frase ni somiant.